"A mí NO me toca"

“...A mí no me toca.” - fue la respuesta que me dio Susana, encargada de confirmar mi asistencia a una conferencia aquel sábado…

Era jueves, Susana me llamó para confirmar orden del día y asistencia puntual para iniciar mi participación como ponente a las 11am de cierto sábado. Al preguntarle a qué hora comenzaría no sólo la conferencia, sino todo el evento, su respuesta fue clara y contundente: “Discúlpame, no lo sé porque a mí no me toca estar el sábado…”. Cabe mencionar que Susana lleva 25 años trabajando en ese lugar y ese tipo de evento se lleva a cabo una vez al mes, cada mes ¡de cada año! ¡Trescientas veces se ha llevado a cabo ese evento desde que ella trabaja ahí!

Aquella respuesta me dejó impactada, preocupada y reflexionando sobre lo que le toca hacer a cada quién en su trabajo; hasta dónde es responsabilidad de uno y comienza a ser responsabilidad del otro, pero ¿no se supondría que a todos nos debería interesar el lugar en el que trabajamos? ¿Generar resultados juntos?

Esa respuesta me hizo recordar un “problema” que tiene el Departamento de Ventas de uno de nuestros clientes. Uno de esos happy problem que uno desearía tener… Resulta que entran ¡muchas llamadas de clientes para comprar! pero, tienen muchas complicaciones porque si no está el vendedor asignado, nadie atiende la llamada y la respuesta es la misma: “A mí no me toca atender la llamada porque no es mi cliente.”. La misma respuesta se tiene de la mayoría de los vendedores cuando se les pide responder el teléfono.

Y así, fui recordando diferentes historias a lo largo de mi experiencia como consultora.

El 19 de septiembre en México, nos marcó a muchos, y lo que más me podía asombrar después de este día, eran frases como: “no me da miedo otro sismo, me da miedo regresar al México de antes”. Los mexicanos somos extraordinarios, el problema es que no nos lo creemos y sólo una crisis tan fuerte como aquel sismo, nos sacudió y nos hizo responder unidos.

Si lográramos mantener ese sentimiento de unión, de ayuda, de preocupación por el prójimo, y sobre todo, de proactividad en nuestra vida diaria, cambiaría mucho nuestro panorama.

¿Cómo llevar esta experiencia a mi trabajo diario? ¿Cómo lograr erradicar el famoso “A MÍ NO ME TOCA? ¿Cómo llega a convertirse en parte de la cultura? La cultura toma forma con el tiempo, llegando a ser la forma en que piensan y actúan las personas que conforman una empresa, una sociedad. El “A mí no me toca”, no es más que el resultado de malas prácticas, de líderes que dejan a un lado misión, visión y valores, por vivir el día a día; y esto no es extraño, formar una cultura de “A mí sí me toca”, de colaboración, de confianza, de proactividad, implica recursos: mucho tiempo y esfuerzo diario, así como dinero.

Pero con el tiempo, la cultura paga (e incluso genera utilidades) con gente comprometida, honesta, proactiva y llega a convertirse en el activo más valioso. Hoy no sólo se trata de generar dividendos, hoy tenemos que crear valor para todos nuestros stakeholders, y nuestra gente hace la diferencia. La cultura se cultiva, se mejora, evoluciona; la cultura la hacen los líderes con su gente.

¿Cómo vivir una cultura “A mí sí me toca”?

Para vivir una cultura A MÍ SÍ ME TOCA, uno de los ingredientes principales es la generación de confianza en los equipos de trabajo. En la medida en que los líderes escuchen a sus colaboradores y fomenten la comunicación, se generan lazos de confianza, que resultan en colaboración, apoyo, proactividad. Esta misma confianza fomenta la productividad e incentiva a la proactividad, generando lealtad con la empresa.

Hay muchos trabajos que se irán reemplazando con tecnología, hay muchos trabajos que hoy se apoyan de inteligencia artificial, pero aún falta tiempo para que la #creatividad, para generar innovación, pueda ser reemplazada. Eso únicamente se logra con una cultura empresarial enfocada a la innovación. La cultura se vive día a día, se transpira…

¿Tú qué haces para VIVIR una cultura #AMíSíMeToca?